MEMORIA DE ZACATELCO
MUÉGANOS EN LA PLAZA DE ZACATELCO
LUIS SALGADO PEDRAZA*
Quizá el ejemplo más claro del patrimonio
material construido en Zacatelco, sea el Parque Municipal. Este espacio
público, en sus diversas etapas de su construcción han dejado cientos y cientos
de historias, que en la medida de ir recogiéndolas estaremos construyendo la Historia
misma de Zacatelco. En este sentido, uno de los pasajes más recordado de
nuestro Parque Municipal, está relacionado a la época en donde aún se realizaba
en tianguis dominical, es este lugar.
El kiosco, el pozo que abastecía de agua a
los vecinos, la antigua barda del atrio y la presidencia, son los elementos arquitectónicos
que más se recuerdan. Pero más allá de
las edificaciones, a su alrededor se recuerdan muchas anécdotas y numerosos
personajes. En la actualidad, es común escuchar a nuestros padres y abuelos,
referirse a alguno de ellos. Aunque, quizá por su peculiar labor el matrimonio
compuesto por Doña Rosa Palma y Don Carlos Coto Núñez, quienes en aquella época
se dedicaban a vender muéganos y dulces, se le guarde una añoranza muy
especial.
Rosita y Don Coto, como cariñosamente se les
conoce, ahora viven armoniosamente, viendo “hacer su vida” a sus nueve hijos y todos
sus nietos. A medio siglo de distancia, Doña Rosita, recuerda las
circunstancias que llevaron a su matrimonio a tan dulce oficio. Rosita me
comenta que cuando se casó, su esposo no tenia un oficio para llevar un centavo
a casa; se alquilaba de cargador con Don
Elpidio Carreto y de peón en largas jornadas en los terrenos de Xoxtla, pero la
paga era indigna. Ante esta situación Rosita decidió retomar el antiguo oficio
que le había enseñado su señora madre, para iniciar con duras pero redituables
jornadas de trabajo, en la preparación
de dulces, muéganos y panecillos. Finalizaba
la década de los 50’s del siglo anterior, cuando después de un año de
matrimonio Rosita y Don Coto comenzaron a trabajar. En su casa mezclaban cada uno de los
ingredientes y también horneaban. Adornaban una mesa de madera y salían rumbo a
la plaza.
Llegando a la plaza, el panorama era
verdaderamente peculiar. La antigua barda del atrio resguardaba el templo
monumental dedicado a la virgen de Santa Inés, patrona del pueblo. El Kiosco
que había inaugurado en 1938 el Presidente Juan B. Juárez lucia majestuoso y a
su alrededor se establecían pequeñas tiendas en donde vendían algunos
abastecimientos para el hogar. Casi frente a la iglesia existían diversos
locales donde se expendía carne. Rosita con 80 años y Don Coto con 85,
conversan sin dificultades; pero les cuesta un poco recordar, aún así lo
intentan. Me dicen que entre los carniceros de la época figuraban Don Próculo
Bermúdez, quien fuera esposo de María de Jesús Sánchez “Chuchita”; Don Santos Mena, Don Epigmenio Díaz; y los hermanos Julián y Ángel Rojas.
Por otra
parte se vendía fruta, siendo los
hermanos Felipe y José María Morales, los principales proveedores. Pero los
vecinos del centro del pueblo acudían en plaza no sólo para hacer compras, sino
para abastecerse de agua. Pues según mis entrevistados, lo parroquianos
llegaban al pozo donde con una bomba mecánica podía sustraer el vital líquido
para llevarlo a casa.
Rosita y Don Coto se instalaban en esta plaza
todos los domingos, su mesita adornada con preciosos manteles y con algunas
florecitas la llenaban con muéganos, polvorones, apasteladas, un pan que
llamaban dirigible y, empanadas. La
gente que acudía a misa y a dar un paseo aprovechaba para degustar estos
deliciosos bocadillos. Rosita, recuerda perfectamente que la gente que les
compraba estos penecillos normalmente los acompañaba con la nieve de limón o de
melón que vendía Don Vicente Tecocoantzi.
Aquellas escenas eran muy semejantes a las que actualmente podemos
apreciar cuando las personas que pasean los domingos en el Parque, rellenan su
pan de San Juan con helado. Ahí en la plaza domingo a domingo, el matrimonio
hacia sus ventas, mientras que entresemana Don Coto salía a las tiendas de Zacatelco
y pueblos vecinos a repartir sus panecillos y muéganos.
Años más tarde tuvieron que dejar el parque
para mudarse al mercado nuevo inaugurado en 1970, contario a los periódicos de
la época que hablan de un mercado impecable, Rosita comenta que cuando ellos se
pasaron a este local estaba en condiciones poco favorables, incluso con piso de
tierra. También Rosita me decía, que al igual que cientos de paisanos, ellos
cooperaron 30 pesos para comparar el terreno en donde se construyó el Mercado inaugurado
con el nombre del Gral. Ignacio Bonilla Vázquez.
Mención aparte merece los dulces que
preparaban y vendían en la época de Todos Santos. Calaveritas, canastitas y
otro dulce que durante estos días se ponían en las ofrendas de los difuntos que
llegaban nuevamente a sus hogares. Rosita y Don Coto agradecen mucho por este
oficio, aunque reconocen que se trataba de una labor muy pesada, que por
motivos de salud, debieron abandonar a los 20 años de iniciada. De los nueve
hijos sólo Leticia Coto Palma tuvo disposición para aprender y practicar el
oficio. Un oficio lleno de sabor y
color.
Artículo escrito por: Luis Salgado Pedraza, Cronista
del H. ayuntamiento de Zacatelco. 2008- 2013
Luis
Salgado Pedraza nació el 16 de octubre de 1977 en Zacatelco y
falleció el 4 de enero de 2013 en la ciudad de Puebla, tras casi 18 meses de
luchar contra una incurable enfermedad,
(cáncer en el páncreas e hígado).
El
primer plantel educativo que pisó, fue
el jardín de Niños, “Federico Froebel”, la primaria la cursó en la
escuela José Vasconcelos. Luis, estudió la secundaria en la escuela
“Ignacio Manuel Altamirano” turno vespertino, posteriormente pasó a la
preparatoria “Xicohtencatl Axayacatzin y concluyó sus estudios en la
Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) cursando la carrera de Filosofía y
Letras.
El
cargo de Cronista del ayuntamiento lo desempeñó a invitación del ex presidente
municipal, Felipe Sánchez Lima en 2008. Tal como lo mandata la ley, el cargo de
Cronista fue propuesto al cabildo, quienes tras un detallado análisis aprobaron
la propuesta por unanimidad.
En 2011
y tras un ríspido cambio de gobierno, Blanca Águila Lima mantiene como Cronista
municipal. De nueva cuenta su cargo es sometido a cabildo, cuyos
integrantes, al igual que los anteriores votan a favor y de manera
unánime lo ratifican en el puesto.
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