martes, 17 de marzo de 2015

MEMORIA DE ZACATELCO MUÉGANOS EN LA PLAZA DE ZACATELCO LUIS SALGADO PEDRAZA*










MEMORIA DE ZACATELCO
MUÉGANOS EN LA PLAZA DE ZACATELCO
LUIS SALGADO PEDRAZA*

Quizá el ejemplo más claro del patrimonio material construido en Zacatelco, sea el Parque Municipal. Este espacio público, en sus diversas etapas de su construcción han dejado cientos y cientos de historias, que en la medida de ir recogiéndolas estaremos construyendo la Historia misma de Zacatelco. En este sentido, uno de los pasajes más recordado de nuestro Parque Municipal, está relacionado a la época en donde aún se realizaba en tianguis dominical, es este lugar.

El kiosco, el pozo que abastecía de agua a los vecinos, la antigua barda del atrio y la presidencia, son los elementos arquitectónicos que  más se recuerdan. Pero más allá de las edificaciones, a su alrededor se recuerdan muchas anécdotas y numerosos personajes. En la actualidad, es común escuchar a nuestros padres y abuelos, referirse a alguno de ellos. Aunque, quizá por su peculiar labor el matrimonio compuesto por Doña Rosa Palma y Don Carlos Coto Núñez, quienes en aquella época se dedicaban a vender muéganos y dulces, se le guarde una añoranza muy especial.

Rosita y Don Coto, como cariñosamente se les conoce, ahora viven armoniosamente, viendo “hacer su vida” a sus nueve hijos y todos sus nietos. A medio siglo de distancia, Doña Rosita, recuerda las circunstancias que llevaron a su matrimonio a tan dulce oficio. Rosita me comenta que cuando se casó, su esposo no tenia un oficio para llevar un centavo a casa;  se alquilaba de cargador con Don Elpidio Carreto y de peón en largas jornadas en los terrenos de Xoxtla, pero la paga era indigna. Ante esta situación Rosita decidió retomar el antiguo oficio que le había enseñado su señora madre, para iniciar con duras pero redituables jornadas  de trabajo, en la preparación de dulces, muéganos y panecillos.  Finalizaba la década de los 50’s del siglo anterior, cuando después de un año de matrimonio Rosita y Don Coto comenzaron a trabajar.  En su casa mezclaban cada uno de los ingredientes y también horneaban. Adornaban una mesa de madera y salían rumbo a la plaza.

Llegando a la plaza, el panorama era verdaderamente peculiar. La antigua barda del atrio resguardaba el templo monumental dedicado a la virgen de Santa Inés, patrona del pueblo. El Kiosco que había inaugurado en 1938 el Presidente Juan B. Juárez lucia majestuoso y a su alrededor se establecían pequeñas tiendas en donde vendían algunos abastecimientos para el hogar. Casi frente a la iglesia existían diversos locales donde se expendía carne. Rosita con 80 años y Don Coto con 85, conversan sin dificultades; pero les cuesta un poco recordar, aún así lo intentan. Me dicen que entre los carniceros de la época figuraban Don Próculo Bermúdez, quien fuera esposo de María de Jesús Sánchez “Chuchita”;  Don Santos Mena, Don Epigmenio Díaz;  y los hermanos Julián y Ángel Rojas.

Por otra parte  se vendía fruta, siendo los hermanos Felipe y José María Morales, los principales proveedores. Pero los vecinos del centro del pueblo acudían en plaza no sólo para hacer compras, sino para abastecerse de agua. Pues según mis entrevistados, lo parroquianos llegaban al pozo donde con una bomba mecánica podía sustraer el vital líquido para llevarlo a casa. 

Rosita y Don Coto se instalaban en esta plaza todos los domingos, su mesita adornada con preciosos manteles y con algunas florecitas la llenaban con muéganos, polvorones, apasteladas, un pan que llamaban dirigible y, empanadas.  La gente que acudía a misa y a dar un paseo aprovechaba para degustar estos deliciosos bocadillos. Rosita, recuerda perfectamente que la gente que les compraba estos penecillos normalmente los acompañaba con la nieve de limón o de melón que vendía Don Vicente Tecocoantzi.  Aquellas escenas eran muy semejantes a las que actualmente podemos apreciar cuando las personas que pasean los domingos en el Parque, rellenan su pan de San Juan con helado. Ahí en la plaza domingo a domingo, el matrimonio hacia sus ventas, mientras que entresemana Don Coto salía a las tiendas de Zacatelco y pueblos vecinos a repartir sus panecillos y muéganos.

Años más tarde tuvieron que dejar el parque para mudarse al mercado nuevo inaugurado en 1970, contario a los periódicos de la época que hablan de un mercado impecable, Rosita comenta que cuando ellos se pasaron a este local estaba en condiciones poco favorables, incluso con piso de tierra. También Rosita me decía, que al igual que cientos de paisanos, ellos cooperaron 30 pesos para comparar el terreno en donde se construyó el Mercado inaugurado con el nombre del Gral. Ignacio Bonilla  Vázquez.

Mención aparte merece los dulces que preparaban y vendían en la época de Todos Santos. Calaveritas, canastitas y otro dulce que durante estos días se ponían en las ofrendas de los difuntos que llegaban nuevamente a sus hogares. Rosita y Don Coto agradecen mucho por este oficio, aunque reconocen que se trataba de una labor muy pesada, que por motivos de salud, debieron abandonar a los 20 años de iniciada. De los nueve hijos sólo Leticia Coto Palma tuvo disposición para aprender y practicar el oficio.   Un oficio lleno de sabor y color.


Artículo escrito por: Luis Salgado Pedraza, Cronista del H. ayuntamiento de Zacatelco. 2008- 2013
Luis Salgado Pedraza  nació el 16 de octubre de 1977  en Zacatelco y falleció el 4 de enero de 2013 en la ciudad de Puebla, tras casi 18 meses de luchar contra  una incurable enfermedad, (cáncer en el páncreas e hígado).

 El primer plantel educativo que pisó,  fue el jardín de Niños, “Federico Froebel”,  la primaria la cursó en la escuela José Vasconcelos. Luis,  estudió la secundaria en la escuela “Ignacio Manuel Altamirano” turno vespertino, posteriormente pasó a la preparatoria “Xicohtencatl Axayacatzin y concluyó sus estudios en la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) cursando la carrera de Filosofía y Letras.

El cargo de Cronista del ayuntamiento lo desempeñó a invitación del ex presidente municipal, Felipe Sánchez Lima en 2008. Tal como lo mandata la ley, el cargo de Cronista fue propuesto al cabildo, quienes tras un detallado análisis aprobaron la propuesta por unanimidad.

En 2011 y tras un ríspido cambio de gobierno, Blanca Águila Lima mantiene como  Cronista municipal. De nueva cuenta su cargo  es sometido a cabildo, cuyos integrantes,  al igual que los anteriores votan a favor y de manera unánime lo ratifican en el puesto.

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