Inician Semana Santa enardecidos
Pobladores de Ayometla no dejan de exigir la salida de párroco incomodo, el Obispo no cede a peticiones.
Alfredo González / Comunicatedigital.com Foto: Alfredo González
Pese a haber hecho un llamado a la paz entre ciudadanos en esta Semana Santa, y ante la incomodidad que ha generado el párroco Rene Méndez Juárez entre pobladores de Santa Catarina Ayometla, el Obispado se mantuvo firme en la decisión que de que el presbítero incomodo siga al frente de la parroquia de la comunidad, ante la exigencia hecha por un grupo de personas a las afueras de la Mitra este lunes.
Alrededor de las diez de la mañana, cuatro autobuses de pobladores arribaron al centro de la capital, impidiendo el tránsito sobre la avenida Lardizábal, prosiguiendo a manifestarse a las afueras de la sede del obispado en la entidad, ubicada en la esquina de la citada vialidad y la calle Miguel Lira y Ortega.
El grupo que rondaba entre los 150 y 200 manifestantes se apostó sobre el arroyo vehicular, donde apoyados con pancartas y gritos recriminaron al Obispo, Francisco Moreno Barrón: "es todo el pueblo, no solo un grupo" el hecho de que tratará de menospreciar la molestia de la ciudadanía por la presencia de Méndez Juárez en la comunidad, lo que ha desencadenado en la toma de la parroquia local desde hace algunas semanas.
Pese a ser recibida una comisión de inconformes integrada por cinco personas alrededor de las once de la mañana, y tras casi una hora reunidos con representantes de la grey católica, no se logró acuerdo alguno, acusando una clara cerrazón por parte de la iglesia para la remoción del padre incomodo de la comunidad.
Dicha toma del inmueble, ha ocasionado el enfrentamiento verbal entre pobladores, y algunos empellones, siendo inclusive que, en días pasados, cuando pobladores que se mantenían al interior del inmueble y en el atrio accedieron salir del lugar señalando: "el párroco ha ocasionado que se enfrenten familias, padres e hijos, tíos, compadres... Nos ha dividido".
Hasta la fecha, la parroquia de Santa Catarina sigue estando al resguardo de las autoridades mientras se encuentre una solución al conflicto, y los servicios eclesiásticos siguen suspendidos.

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